Home

how-the-petrobras-sa-adr-corruption-scandal-has-affected-sete-brazil

Durante los últimos años hemos notado que la corrupción no deja de ser noticia en lugares donde antes se la ignoraba o se la consideraba un ingrediente habitual de la política. No sabemos si por un despertar ciudadano (la desigualdad ecónomica en el mundo es la nueva causa por la que luchan quienes antes pedían otros derechos civiles que de a poco se han ido consiguiendo) o si es un cambio de tendencia en los medios de comunicación, o ambas, pero los escándalos de corrupción que salpican a gobiernos y grandes empresas ya no se barren bajo la alfombra. Son muchos los ejemplos que se nos ocurren en distintos lugares del globo pero los titulares de este mes tienen un sólo protagonista: Brasil.

El escándalo del gigante energético Petrobrás, bautizado Petrolão (petróleo+corrupção) por los medios nacionales, ya ha llegado a la Corte Suprema. El Procurador General de la Nación Rodrigo Janot elevó ayer al Tribunal máximo una lista de 54 dirigentes sospechados de estar involucrados en la trama para pedir el comienzo de la etapa de instrucción. Esta lista se filtró (incompleta) a la prensa y en ella figuran altos dirigentes del gobierno de Dilma Rousseff como los presidentes de ambas cámaras del Congreso el diputado Eduardo Cunha y el senador Renan Calheiros, la ex Jefa de Gabinete y actual senadora Gleisi Hoffmann y el ex ministro de Comunicaciones Paulo Bernardo, además de altos funcionarios ministeriales y otras figuras del ámbito público y privado. La solicitud de Janot será evaluada entre hoy y el viernes 6 por el juez Teori Zavascki por lo que antes del fin de semana se conocerán los siguientes pasos y la lista en su totalidad.

La presentación es una continuación de la investigación de contratos de Petrobrás que se adjudicaron por mucho más dinero del necesario, incluyendo delitos como coimas en las negociaciones, y cuyos sobrecostos fueron supuestamente desviados al financiamiento del Partido dos Trabalhadores (PT), al que pertenece la presidenta actual. La causa que dio origen a esta, Operación Lava Jato, se encuentra en marcha desde marzo de 2014 y fue iniciada por el juez federal Sergio Moro en Curitiba.

Hasta ahora sólo se había involucrado a dirigentes empresariales derivando en la detención de tres ex directores de Petrobras y 32 ejecutivos de grandes empresas acusados de  coimas y de crear un cartel para la construcción. El inicio de las investigaciones a la pata política del escándalo por el Procurador General es sin dudas un cimbronazo para el oficialismo, ya que ningún opositor está formalmente acusado de participar. Los contratos dudosos sucedieron durante los siete años en los que Dilma Rousseff encabezó personalmente la junta de accionistas, por lo que los próximos meses serán de extramada cautela para el gobierno y podrían dar sorpresas. Los grandes empresarios nacionales quieren mantener la buena nota de Brasil para seguir atrayendo inversores extranjeros, por lo que una actuación expeditiva e independiente de la justicia está siendo demandanda desde varios sectores.

Como consecuencia del proceso judicial Petrobrás acumula 100 billones de dólares en pérdidas desde fin del año pasado, pero hasta ahora no había afectado de forma directa al gobierno ni a la economía nacional. Ayer los resultados fueron otros con una caída del real de un 2% frente al dólar (cerrando a 2,98 reales por dólar, el nivel más bajo desde agosto de 2004) y del 1,63% para la Bolsa de San Pablo tras el efecto arrastre del desplome de las acciones de Petrobras (depreciadas un 3%). La gran empresa petrolífera era considerada un ejemplo de éxito de la ingeniería y de los negocios brasileros, habiéndose extendido por todo el mundo mediante contrataciones. Hoy, los días felices están convirtiéndose en un recuerdo.

El futuro próximo puede encontrar a la empresa en grandes problemas si sus inversores acceden en masa a la justicia internacional como lo hizo Providence, Rhode Island para recuperar las pérdidas provocadas por los efectos del escándalo y si dejan de ser contratados por sus principales clientes internacionales, los gobiernos extranjeros, que quieran evitar asociar su imagen a este asunto. La reputación dañada de la empresa también afecta ya su acceso al crédito y el interés de los inversores en Petrobrás y repercutirá, tal vez, en otras empresas brasileñas. La corrupción no sólo mata, como dice el repetido cliché de las protestas ciudadanas, sino que cuesta. Y Petrobrás puede costar mucho, hasta 87.000 puestos de trabajo directos e incontables de forma indirecta en el país y un golpe irreparable a la economía del gigante sudamericano.

Por Candela Farroni. Foto: bidnessetc.com

One thought on “Corrupción en Brasil: el escándalo de Petrobrás salpica al gobierno de Dilma

  1. Pingback: Campeones en corrupción: el escándalo FIFA | Nostrovia

Leave a comment